Tratamientos capilares: todo lo que debes saber antes de pasar por tu clínica de estética

Contenidos

Imagen que contiene persona, interior, mujer, viendo

Descripción generada automáticamente

El cabello es una parte importante de nuestra imagen y de nuestra salud. Por eso, muchas personas buscan mejorar su aspecto y su calidad con diferentes tratamientos capilares. Pero, ¿qué son los tratamientos capilares? ¿Qué tipos hay? ¿Qué beneficios aportan? ¿Qué precauciones hay que tener? A continuación, gracias a la inestimable ayuda de los profesionales de Clínica Ferraro en Madrid, a continuación vamos a contarte todo sobre estos tratamientos.

¿Qué son los tratamientos capilares?

Los tratamientos capilares son cuidados específicos que se aplican sobre el cabello y el cuero cabelludo para resolver algún problema o mejorar alguna característica. Pueden ser de diferentes tipos, según el objetivo que persigan, los productos que utilicen o la forma de aplicación. Algunos ejemplos de tratamientos capilares son:

  • Tratamientos para la caída del cabello: son aquellos que buscan frenar o revertir la pérdida de cabello, ya sea por causas genéticas, hormonales, nutricionales, estrés o enfermedades. Suelen combinar productos tópicos, orales o inyectables que estimulan el crecimiento y la salud de los folículos pilosos.
  • Tratamientos para el cabello dañado: son aquellos que buscan reparar el cabello que ha sufrido algún tipo de agresión, como el calor, el sol, el cloro, los tintes, las decoloraciones o los alisados. Suelen combinar productos hidratantes, nutritivos, reparadores o protectores que devuelven al cabello su brillo, suavidad y resistencia.
  • Tratamientos para el cabello seco: son aquellos que buscan aportar hidratación y nutrición al cabello que tiene una falta de humedad y de aceites naturales. Suelen combinar productos que contienen ingredientes como la keratina, el ácido hialurónico, el colágeno, el aceite de argán o la manteca de karité.
  • Tratamientos para el cabello graso: son aquellos que buscan regular la producción de sebo del cuero cabelludo y evitar el efecto de cabello sucio, pesado y sin volumen. Suelen combinar productos que contienen ingredientes como el zinc, el azufre, el limón, el vinagre o el té verde.
  • Tratamientos para el cabello rizado: son aquellos que buscan definir, hidratar y proteger los rizos, evitando el encrespamiento, la sequedad y la rotura. Suelen combinar productos que contienen ingredientes como el aceite de coco, la miel, el aloe vera o la glicerina.
  • Tratamientos para el cabello liso: son aquellos que buscan alisar, suavizar y dar brillo al cabello, evitando el frizz, las puntas abiertas y el daño térmico. Suelen combinar productos que contienen ingredientes como la seda, el aceite de almendras, el aceite de oliva o el vinagre de manzana.

¿Qué beneficios aportan los tratamientos capilares?

Los tratamientos capilares aportan múltiples beneficios, tanto a nivel estético como a nivel de salud. Algunos de ellos son:

  • Mejoran el aspecto del cabello, haciéndolo más bonito, brillante, suave y manejable.
  • Mejoran la salud del cabello, fortaleciéndolo, hidratándolo, nutriéndolo y protegiéndolo de las agresiones externas.
  • Mejoran la salud del cuero cabelludo, equilibrando su pH, su flora y su producción de sebo, previniendo o tratando problemas como la caspa, la dermatitis, la irritación o la infección.
  • Mejoran la autoestima y la confianza, al sentirse más a gusto con la propia imagen y al recibir más elogios y atención.

¿Qué precauciones hay que tener con los tratamientos capilares?

Los tratamientos capilares son, en general, seguros y beneficiosos, pero hay que tener en cuenta algunas precauciones para evitar posibles efectos adversos o contraindicaciones. Algunas de ellas son:

  • Elegir el tratamiento capilar adecuado según el tipo y el estado del cabello y el cuero cabelludo, así como el objetivo que se persigue. Para ello, lo mejor es consultar con un especialista que pueda hacer un diagnóstico personalizado y recomendar el tratamiento más apropiado.
  • Seguir las indicaciones del especialista o del fabricante sobre la forma de aplicación, la cantidad, la frecuencia y la duración del tratamiento. No se debe abusar ni excederse de los tratamientos capilares, ya que podrían causar efectos contrarios a los deseados, como irritación, alergia, resequedad o caída del cabello.
  • Hacer una prueba de alergia antes de aplicar un producto nuevo o desconocido, sobre todo si contiene ingredientes químicos o naturales que puedan provocar una reacción. Para ello, se debe aplicar una pequeña cantidad del producto en una zona poco visible, como el antebrazo o la nuca, y esperar 24 horas para ver si hay algún signo de enrojecimiento, picor, ardor o inflamación.
  • Evitar mezclar o combinar diferentes tratamientos capilares sin consultar con un especialista, ya que podrían interferir entre sí o potenciar sus efectos negativos. Por ejemplo, no se debe aplicar un tratamiento para el cabello graso sobre un cabello teñido, ya que podría alterar el color o dañar la fibra capilar.
  • Mantener una buena higiene capilar, lavando el cabello con un champú adecuado y aclarándolo bien, para eliminar los restos de producto y evitar la acumulación de residuos que puedan obstruir los poros o favorecer el crecimiento de microorganismos.
  • Complementar los tratamientos capilares con una alimentación equilibrada y variada, rica en vitaminas, minerales, proteínas y ácidos grasos esenciales, que aporten los nutrientes necesarios para el crecimiento y la salud del cabello. También se debe beber suficiente agua, evitar el tabaco, el alcohol y el estrés, y proteger el cabello del sol, el viento, el frío y el calor excesivo.